Cuando el cielo y la tierra colisionen...

Nos miramos fijamente, solo por un instante, con ojos de complicidad, bajamos la voz y actuamos naturalmente... Sin sorpresas. No sé exáctamente que buscas, ni lo que busco, pero sé que cuando se encuentran nuestras palabras hay algo que estalla.

He visto signos de declinaciones y de cúspides encontradas en un mar de mesetas que provocan un sin sentido en el cual me pierdo sin causa aparente. Sin embargo un reflejo lunar me hace retomar el camino para encontrar ese lugar desde el cual escribo con tranquilidad, ya que aquí estoy sólo yo, y en momentos sólo tú, y en otros los dos.

Empieza con una palabra fría, seguida de otras que van aumentando la forma y haciendo mucho más cálido el ambiente hasta que se siente tan comodo que no me gustaría dejar de sentirlo. Momentos para abrazar.

Aunque el cielo y la tierra colisionen hoy en este lugar y este momento, sólo tú y sólo yo nos daremos cuenta de eso. Para todos los demás será un día normal. Es uno de esos misterios increibles que nos da la coincidencia. Ya no me sorprende, ni cuando el mundo cambie radicalmente, tan solo me doy cuenta de que no voy tan solo...

Hoy aquí y ahora todo está bien. Si cambia, también estará bien, si no también...